Mirada detenida.
Todo está fijo,
tan quieto...
Es un inventario
de cosas inútiles.
Instante suspendido.
Flota la mesa,
también esa silla donde reposa
inocentemente un sobretodo,
quizá tan azul como mío,
quizá más oscuro,
o negro como el defecto ajeno.
Flotan perpendiculares
a la horizontalidad infinita del piso,
ese bosque hecho tablas.
Mientras,
un recitado de múltiplos
que termina inexorablemente en cero,
otro resultado neutro que se suma o,
por igual, se resta;
los párpados
que se/nos cierran,
secas las retinas,
dando lo mismo:
abismo
cinismo
sismo;
lo que ha pasado para dejar
la calma inexorable de la calefacción
que nos impregna:
un derredor absurdo.
Mientras,
sólo duermo
y aparento estar.
2 comentarios:
Excelente.
Voy a leer más.
Saludos.
Muy bueno.
Saludos
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