Astillas de lo probable
juegan a buscar un blanco.
Navegan por este océano
de pérfidas transparencias
que distraen con el ojo
lo que alimenta al tacto.
Ésta es la mano que se alza
y no la que pudo haber escrito
que antes de la tinta era tu sangre
y antes de tu sangre era delirio.
Ésta es la piel seducida
cosida
fundida
regada
secada
quemada
hundida
rasurada
abrigada
desnudada
be-sa-da,
no la que busca en lo postrer
una pizca de permanencia.
La saliva regresa
con refuerzos de palabras silenciadas
y recuerdos de
su hambre ancestral,
su caníbal placentario.
Pero
el abismo de la boca abierta
es su partida y su arribo
y lo verbos derivan
y se hacen ruido,
fluido de órganos,
desmemoria..
Se sacrifica el día,
poco exige.
Apenas una reverencia
al calor de un sol vespertino
que arderá en el fulgor de las ventanas.
Mis formas de morir
beben un poco
y descansan en paz.
Alucinando con el pasado
Hace 5 horas